El pueblo de las mujeres

Dania Alderete

Dania le abrió Ventanas de Esperanza a las mujeres de Chihuahua.

Dania ha desarrollado una metodología para que los talleres contengan temas de género y derechos humanos de manera transversal.

historia

Dicen que cuando una puerta se cierra, una ventana se abre. Y eso hicieron Dania Alderete y sus hermanas, abrirle ventanas de esperanza a cientos de mujeres cuyas vidas -y las vidas de sus familias- fueron transformadas con el cierre de la mina de Naica, en el Saucillo, Chihuahua, en 2015.

Desde Ventanas de Esperanza, Centro de Empoderamiento y Desarrollo Humano, Dania, psicóloga y feminista, ha liderado varias iniciativas para ayudar a las mujeres de la comunidad a reconstruir el tejido social, dañado por la migración masiva y la violencia desatada por el crimen organizado, y a generar proyectos productivos sustentados en un enfoque de economía feminista.

El cierre de la mina de Naica dejó a cerca de 600 hombres sin trabajo. Muchos de ellos se trasladaron a otros estados, principalmente a Zacatecas para emplearse en otras minas; otros continúan desempleados.

La crisis social y económica que esto generó en la comunidad, llevó a Dania a entender la necesidad de activar la economía local a través del trabajo de las mujeres, con una orientación que privilegie su desarrollo humano en lugar de representarles una carga extra.

Desde entonces, son las mujeres las que se han hecho cargo de Naica. “Ellos nos cerraron las puertas de la mina, nosotras abrimos ventanas de esperanza”, afirma.

Entre la maquila y los proyectos productivos

En Chihuahua, la principal fuente de trabajo para las mujeres son las maquiladoras de la industria electrónica, que operan en su mayoría en Ciudad Juárez desde la década de 1960.

Para las mujeres de Naica, esta opción implica gastar tiempo y dinero en traslados a Juárez o Delicias, restandoles espacios de convivencia con sus familias.

De acuerdo con la organización Aida Américas, en las maquilas de la industria electrónica los salarios son bajos, van de 115 a 125 pesos diarios, además las trabajadoras se exponen a químicos tóxicos sin la debida protección ni capacitación.

Durante los años 90, Ciudad Juárez cobró relevancia mundial por los asesinatos de mujeres en esa ciudad fronteriza, de las cuales muchas eran obreras.

Ahí radica la importancia del trabajo de Ventanas de Esperanza, pues la organización ha gestionado fuentes de empleo y desarrollado cuatro proyectos productivos avícolas y porcícolas para las mujeres de la comunidad. De igual manera, les ha ofrecido acompañamiento victimológico y asesoría legal.

Uno de los principales logros de Dania fue dar visibilidad a las mujeres de la comunidad, pues los diarios más importantes de Chihuahua dedicaron planas completas a la problemática social que generó el cierre de la mina y el éxodo de los hombres. La atención mediática hizo que Eve Ensler se interesara en Naica.

Ensler tiene una fundación que cada año elige a una organización para que monte su famosa obra Los Monólogos de la Vagina y en 2017 le dio los derechos a Ventanas de Esperanza para que recaudara fondos.

Con los derechos de la obra llenaron en dos ocasiones el teatro de la ciudad de Chihuahua: “Lo que hicimos con ese dinero fue dar asesoría psicológica durante un año, acompañamiento terapéutico, dar talleres de crianza bien tratante y de autoestima”, expone Dania.

Rescatar el tejido social

El trabajo de Ventanas de Esperanza alivia también el impacto de otras problemáticas. Chihuahua es uno de los estados a donde han sido desplegadas fuerzas militares. Desde el año 2006 a 2018, la Secretaría de la Defensa Nacional ha desplegado alrededor de 44 mil soldados en todo el país, los cuales realizan tareas policiales.

La presencia del Ejército en las calles ha generado más problemas que soluciones, de acuerdo con diversos organismos defensores de derechos humanos. Tan solo en Chihuahua, 97 personas han muerto en enfrentamientos en los que ha participado el Ejército.

Y de acuerdo con Human Rights Watch, las fuerzas de seguridad han estado implicadas en graves violaciones de derechos humanos, incluidas ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, y tortura, en los estados donde están desplegados.

Ventanas de Esperanza se enfoca actualmente en la intervención psicosocial a través de talleres psicoeducativos en comunidades y escuelas de todo del estado, que favorezcan el empoderamiento y surgimiento de nuevos liderazgos en las niñas, adolescentes y mujeres, así como la reducción de los índices de violencia, la resiliencia y la crianza saludable.

Dania ha desarrollado una metodología para que los talleres contengan temas de género y derechos humanos de manera transversal.

Sabe que aún queda mucho por hacer en Chihuahua para garantizar la salud y la calidad de vida de las mujeres y sus familias; pero también es consciente de la enorme magnitud de su labor “estamos creando red social… hemos logrado construir puntos de encuentros”.