Lo colectivo tiene más fuerza que lo institucional

Cayetana Salao

Activista feminista.
Con su música invita a la reflexión colectiva sobre las políticas de Latinoamérica.

Caye Cayejera, activista ecuatoriana, genera acciones artísticas en América Latina para lograr cambios sociales en torno a los derechos de las mujeres.
historia

Cayetana Salao tiene 36 años y está concentrada en trabajar con resistencias críticas. A grandes rasgos, esto significa que es una activista que defiende los derechos de las mujeres y las disidencias sexuales y de género desde el diálogo, construyendo miradas frescas que confronten la heterosexualidad como una norma social que afecta a diversos actores, con voluntad de influir, de concretar un cambio social.

Su trabajo comenzó en el Taller de Comunicación Mujer, fundado en 1989, en Quito, Ecuador, una organización feminista que genera procesos orientados a transformar y cuestionar las formas que impiden el pleno y libre ejercicio de los derechos de las mujeres y personas LGBTI (por ejemplo: invisibilizar la violencia de género y normalizar la homofobia son algunos de los principales obstáculos para avanzar en la instauración de políticas públicas que pretenden superar el fenómeno).

Poco a poco, el Taller se convirtió en un referente ecuatoriano para la producción de conocimiento sobre violencia de género, delitos sexuales, visibilidad lésbica y recuperación de datos sobre feminicidios y aborto. Además, comenzaron a organizar acciones políticas; a monitorear que el Estado ecuatoriano cumpliera con las recomendaciones de la ONU en materia y se convirtieron en un puente para otras organizaciones que no tienen estatus consultivo.

Desde esta plataforma, Cayetana es la encargada de las relaciones internacionales, pues está convencida de que las problemáticas en Latinoamérica pueden parecer distantes, pero son muy similares; “por eso es tan necesario generar un tejido social, una red que vincule de forma adecuada las recientes manifestaciones globales en torno al feminismo, a los cuerpos disidentes”. En el 2018, Cayetana acudió al 167 periodo extraordinario de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Bogotá, para informar sobre la situación de los derechos de las mujeres en Ecuador y denunciar los obstáculos estructurales que entorpecen su acceso a la justicia. Asimismo, fungió como coordinadora del libro Retratos del encierro. Sobrevivientes a las clínicas de deshomosexualización, en el que se recuperan los relatos de mujeres encerradas en centros privados de Ecuador donde intentaron imponerles la heterosexualidad a través de diversas formas de tortura.

Otro rasgo notable del trabajo de Caye, como es mejor conocida, es su labor artística. “Mis primeras búsquedas fueron artísticas, antes que militantes”. Cayetana comenzó haciendo teatro y danza en espacios influenciados por organizaciones feministas donde muy pronto reconoció la capacidad de articulación entre cultura, expresión y militancia. “A veces, el mundo del arte suele verse como una cuestión individual y esto lo vacía de sentido político. Por eso yo produzco conocimiento colectivo, con impacto político. La acción artística es vital para América Latina y las formas de comunicación. No hay que olvidar que lo colectivo puede tener más fuerza que las instituciones o las marcas”.

Actualmente, Cayetana también se desarrolla como rapera y por medio de su voz le da continuidad a la lucha por la representación de un feminismo ético que, a su vez, conecta con la resistencia de los pueblos originarios de América. Toda su labor como defensora de derechos humanos, ya sea por vías institucionales, académicas, artísticas y colectivas es destacada y buscar información en internet arroja resultados inmediatos. Su canal de YouTube es Caye Cayejera.

Compartir, difundir, tejer redes, todos estos términos tan presentes en el vocabulario contemporáneo sólo pueden cobrar sentido cuando se reconoce la importancia de la información en la evolución de las condiciones de vida de la población y se comienzan a desarrollar iniciativas locales, nacionales e internacionales para estar mejor.

 

 

 

Según la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia contra las Mujeres, realizada en 2012, en Ecuador:

  • 6 de cada 10 mujeres han experimentado alguna forma de violencia.
  • 1 de cada 4 mujeres ha experimentado violencia sexual.
  • Las mujeres más vulnerables a experimentar violencia tienen entre 16 y 20 años, se han casado o han dejado la casa de sus padres (70,5%).
  • En todos los niveles de instrucción la violencia de género sobrepasa el 50%, sin embargo, en las mujeres que tienen menos nivel de instrucción la violencia llega al 70%.