Conseguir un trato igualitario para las mujeres afrocubanas es el trabajo de Eroises y la Plataforma Femenina.
Eroises González Suárez llegó al feminismo buscando la democracia. Trabajando para hacer de Cuba un país libre, se encontró con que mientras a los hombres los gobierna un régimen político, a las mujeres las gobiernan los hombres.
La Constitución de la República de Cuba reconoce la igualdad entre hombres y mujeres, pero de acuerdo con Cubalex (organización defensora de los derechos humanos en la isla), la Carta Magna Cubana tiene carácter de ley política, lo que imposibilita aplicar sus preceptos directamente.
En un informe que dicha organización entregó a la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), se explica que los artículos constitucionales solo pueden ser eficaces si se promulga legislación que amplíe su contenido, y aunque en la isla existen leyes que regulan los derechos de las mujeres, en ninguna está señalada la discriminación basada en el género.
Eroises fue haciendo promoción pacífica de la democracia y los derechos humanos desde el Partido Solidaridad Liberal Cubano, fundado en 2014 tras una fusión de los partidos Liberal de Cuba y el Partido Solidaridad Democrática, que En su camino fue comprobando las desigualdades que viven las mujeres cubanas, en especial las afrodescendientes quienes tienen menos posibilidades de estudiar y trabajar.
El propio Cubalex acusó en su informe a la CEDAW que en Cuba existe un problema de discriminación racial ocultado por el Estado, que no considera las necesidades particulares de la población afrodescendiente al implementar políticas, y que la situación de las mujeres es crítica pues sufren una triple discriminación: por su pertenencia étnica, por su género y por las condiciones de marginalidad y pobreza extrema a las que son orilladas.
En palabras de Eroises, en las cabeceras de las ciudades las mujeres tienen más oportunidades que las mujeres de campo: “Por eso nos enfrascamos mucho más en trabajar el tema de la violencia que padecen las mujeres negras en las comunidades alejadas de la ciudad”.
Así fue que integró a las mujeres como su principal lucha y fundó una organización que desde el nombre refleja su visión democrática y su convicción: Plataforma Femenina Nuevo País.
Sobre ese “nuevo país”, o mejor dicho nueva nación, la activista y sus colegas aspiran a que “sea feminista y que pueda nutrirse de las raíces, la historia, cultura y tradición de Cuba”.
Para la Plataforma Femenina Nuevo País, con la revolución, Cuba comenzó un proceso que sentó las bases para la emancipación de las mujeres, pero por su propio origen bélico, ese proceso les otorgó un papel de asistentes en la lucha y no de tomadoras de decisiones.
Eroises y sus compañeras buscan articular un movimiento que alcance aquello que nunca llegó con la revolución: que las mujeres se emancipen y gocen de los mismo derechos y libertades que los hombres.
Para lograrlo, una de sus principales líneas de trabajo es orientar a las mujeres de 15 municipios cubanos, en su mayoría rurales, sobre cuáles son los tipos de violencia que existen y cómo identificarlos, pues en la isla se invisibiliza la violencia de género y muchas veces las mujeres no reconocen o naturalizan el maltrato.
Pero el Estado tampoco reconoce la violencia. Cubalex acusa que la ley penal no tiene definida la violencia de género y tampoco se considera como agravante en los delitos de asesinato, amenazas, coacción, lesiones y otros.
Las mujeres que denuncian ser víctimas de violencia de género, se arriesgan a ser multadas junto con su agresor por el delito de desorden público.
En ese escenario, Eroises enfatiza la importancia de definir la agenda y defender los derechos de las mujeres, especialmente las afrodescendientes, desde las mismas mujeres y con base en los principios de la democracia.